Actualmente la legislación chilena sanciona aquellas conductas que atenten contra la integridad física y psíquica en niños, niñas y adolescentes.
El regreso a clases también trae de regreso el bullying y el ciberbullying, un fenómeno que lamentablemente afecta estudiantes de todas las edades y no sólo afecta el bienestar emocional de los estudiantes, sino que también al prolongarse en el tiempo puede tener consecuencias en el rendimiento académico y desarrollo personal del afectado, así como también consecuencias graves en su bienestar emocional y psicológico. La exposición pública y la falta de privacidad agravan el impacto, generando ansiedad, depresión e incluso llevando a casos extremos de suicidio. La ley 21.013 configura como delito el maltrato corporal relevante, maltrato relevante agravado y trato degradante.
Fenómeno en el que se reconocen al menos seis tipos de bullying: físico, verbal, psicológico, social, sexual y ciberbullying. En torno a éste último, el acoso cibernético, se refiere al uso de la tecnología, especialmente Internet y redes sociales, para acosar, intimidar o difamar a otros. Este fenómeno se ha incrementado con el aumento del acceso a dispositivos electrónicos y la presencia constante en plataformas digitales y a diferencia del tradicional acoso, el ciberbullying tiene un alcance masivo y perdura en el tiempo.
Prevención intersectorial
La prevención de este fenómeno combina educación, concientización y colaboración entre padres y educadores. Es fundamental enseñar a los niños y jóvenes comunicarse con empatía y respeto, así como establecer mecanismos de apoyo para aquellos que son víctimas de acoso cibernético. En ese sentido Carabineros recomienda:
- Que colegios pueden incorporar charlas, talleres y materiales didácticos para concientizar a los estudiantes sobre los riesgos del bullying y la importancia del respeto entre estudiantes.
- Explorar herramientas que ayuden a monitorear y controlar el comportamiento de los estudiantes, sin comprometer su privacidad.
- Promover la colaboración con expertos para desarrollar estrategias de prevención. Destacando la importancia de contar con profesionales que guíen la implementación de políticas escolares y programas de prevención.
- Proporcionar recursos a los padres, como guías prácticas, seminarios web y materiales educativos que los ayuden a entender y abordar el bullying así como fomentar la comunicación abierta con los hijos.
- Si él o los atacantes han provocado lesiones, amenazado o insultado el llamado es a denunciar el hecho ante las policías, con el objetivo de sancionar que atenten contra la integridad física y psíquicas de niños, niñas y adolescentes.