La violencia es una realidad habitual en día a día de los funcionarios de la salud. Conviven con ella, a veces la sufren en forma usuarios disconformes con la atención, pero en la mayoría de los casos la perciben, descruben e, incluso a veces, con tanta experiencia en el cuerpo, la adivinan al ver un paciente.
Fue a propósito de un seminario, realizado en el Hospital Regional de Antofagasta, que quedó en evidencia el rol que juegan los funcionarios de la salud en el mecanismo de denuncia, protección y atención a víctimas de violencia.
Una de las peores caras de esta realidad tiene que ver con la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes. Al respecto, el encargado de salud mental de la Seremi de Salud de Antofagasta, Juan Francisco Astudillo, explicó que uno de los principales engranajes en la pesquisa de caso son los dispositivos de salud primaria.
Los indicadores a los que deben estar atentos los funcionarios en salud son los relacionados a la autoestima, la desvaloración personal o concepto disminuido y la tendencia a aislarse. Los compartamiento violentos, también pueden ser indicadores, explicó el profesional.
En lo escencial, los menores abusados y/o explotados comercialmente, no perciben que están siendo abusados y asumen que existe un suerte de transacción, en donde hay un pago y una aceptación de condiciones. En todos estos casos, es importante conocer los protocolos de denuncia existente en el circuito institucional, enfatizó Astudillo.
Por otro lado, explicó el funcionario de la Seremi de Salud, el Hospital Regional de Antofagasta también colabora en el sistema de denuncia, especialmente en las unidades de emergencia. “Existe una sala especializada en atención a víctimas de delitos sexuales, ubicada en la Unidad de Emergencia, en la cual, generalmente, hay una profesional matrona y una profesional psicóloga” resaltó.
En el caso de agresiones sexuales, también existe una protocolo de atención en hospitales, así lo explicó, Cindy Bianchi, matrona del Hospital Regional de Antofagasta.
A partir del 2022 existe el GES 86, una garantía explícita en salud que acoge a pacientes que sufren violencia sexual dentro de la primeras 72 horas. “La víctimas reciben profilaxis completa para enfermedades de transmisión sexual, VIH Sida, pastilla del día después y las inmunizaciones correspondientes a este riesgo. Además establece el seguimiento y la derivación médica dentro de los 35 días siguientes”, detalló la matrona.
Bianchi explica que si la pesquisa por abuso sexual ocurre en la red primaria de salud, es importante que la víctima sea derivada lo antes posible al HRA, porque es allí donde el personal médico puede levantar evidencia, especialmente el ADN que después de 72 horas se pierde y no es posible agregar a la investigación.
La profesional explica que existe un protocolo de atención para no revictimizar a las pacientes. Basta con que la persona se acerque a la unidad de emergencia (urgencia) y declarar que fue victima de agresión sexual. Eso gatilla un dispositivo especial de atención con un equipo capacitado que no hacen preguntas sobre los detalles de la agresión y que sólo atenderá las posibles lesiones físicas y la entrega de la correspondiente profiláxis. Esta atención es en un lugar privado y no identificado como tal, todo siempre pensando en la confidencialidad.
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
En el derrotero de la violencia, también están las agresiones ejercida por parientes o parejas afectivas. Claudia Pizarro, enfermera de servicio de emergencia (urgencia) y referente técnico de violencia intrafamilar del HRA, es quien entregó los detalles de cómo abordan esta realidad.
En el 2020 la Unidad de Emergencia implementó un protocolo de atención a víctimas de violencia intrafamiliar que, posteriormente en el 2024, fue asumido por todo el Hospital Regional de Antofagasta con algunas adaptaciones, recordó Pizarro.
A grandes rasgos, el instructivo pone énfasis en la rapidez de la atención. Una vez hecha la develación (manifestación verbal del hecho) la paciente debe ser ingresada a un box de atención dentro de los primeros 20 minutos. Después, de acuerdo a la disponibilidad médica, se debe dar la atención médica para el peritaje.
Los tiempos de espera, comenta Pizarro, están relacionados con el desentimiento de la denuncia. Es común que las víctimas, al verse expuesta a la espera, abandonen el recinto médico.
Para estos casos, también aplica la política de privacidad y acogida que tienen las víctimas de violencia sexual, concluyó la enfermera.