En un mundo donde la muerte es muchas veces un tema tabú, el Hospital Regional de Antofagasta (HRA) ha creado un espacio donde el final de la vida se convierte en un proceso acompañado, digno y respetuoso, tanto para pacientes como para sus familiares o redes de apoyo.
“Acompañar a mi padre a morir fue diferente gracias al equipo de cuidados paliativos”
Claudia Assen, hija de Humberto Assen, un paciente de 85 años que falleció en casa el pasado 14 de agosto, compartió su experiencia en la Unidad de Cuidados Paliativos del hospital. “El proceso de acompañar a alguien a morir es muy doloroso emocionalmente, físicamente y familiarmente”, dijo Claudia al recordar cómo fue su experiencia y la de su familia como usuarios del novedoso servicio prestado por el Hospital Regional.
“Cuando llegó el doctor, lo primero que hizo fue abrazarme y decirme: ‘te vengo a acompañar a ti y a tu papito’. Me habló del buen morir, y eso me sorprendió porque la muerte sigue siendo un tema difícil de abordar”, recordó Assen sobre la visita inicial que hizo el equipo médico de Cuidados Paliativos en su domicilio.
El equipo de cuidados paliativos, compuesto por médicos, enfermeros, psicólogos y personal especializado, no solo se encargó de los aspectos médicos y farmacológicos del tratamiento de su padre, sino que ofreció un apoyo integral que permitió a Claudia y su familia sobrellevar un momento tan delicado con mayor tranquilidad. “Me sentía más tranquila porque cada vez que el doctor me decía que algo iba a pasar, efectivamente sucedía, y yo sabía qué hacer y a quién recurrir”, agregó Claudia.
La diferencia, comparando la experiencia con el fallecimiento de su madre años atrás en plena pandemia, fue notable. “Con mi mamá no pudimos acompañarla, y nos quedó una sensación distinta”, recuerda Claudia, “pero con mi papá, gracias a los cuidados paliativos, el proceso fue mucho más calmado y nos dio la certeza de que estábamos haciendo lo correcto”. Además, destacó la importancia del apoyo psicológico que aún continúa recibiendo, describiéndolo como “fundamental para poder enfrentar el duelo”.
“Nuestra misión es acompañar y aliviar en el camino”
Karla Peralta, médica general en la Unidad de Cuidados Paliativos del HRA, destacó que el equipo es relativamente nuevo en la institución sanitaria, pero abarca distintas especialidades y profesiones. “Nos enfocamos en brindar una atención integral, no solo a pacientes hospitalizados sino también a aquellos que no pueden desplazarse, a través de visitas domiciliarias”, explicó Peralta.
La creación de esta unidad nació de la necesidad de ofrecer un acompañamiento que no se limite a tratar enfermedades oncológicas, sino que abarque a todos aquellos pacientes con enfermedades avanzadas y sin opciones de cura. “Vivimos en una zona de sacrificio, expuesta a contaminantes y con una alta prevalencia de enfermedades oncológicas graves. Los cuidados paliativos no son solo para la fase final de vida, sino para ofrecer alivio y apoyo desde el mismo momento en que ya no hay posibilidades de un tratamiento curativo para estos pacientes”, aclaró la doctora.
Peralta subrayó que este tipo de cuidado no se limita solo a la administración de medicamentos. “Incluye un enfoque biopsicosocial y espiritual, donde se respeta la autonomía del paciente y se busca mejorar su calidad de vida, incluso cuando el pronóstico es desfavorable”, señaló. El objetivo es claro: humanizar la atención y darle al paciente y su familia un soporte constante, emocional y físico.
“El buen morir es un proceso integral que involucra a toda la familia”
Desde la perspectiva psicológica, María Elena Loyola, psicóloga de la Unidad de Cuidados Paliativos, describió el rol esencial que tiene el acompañamiento emocional para los pacientes y sus familias. “El buen morir es un concepto que integramos constantemente. Se trata de acompañar a las personas en un proceso donde se respeta su autonomía y se les brinda un apoyo completo desde lo biológico hasta lo espiritual”, explicó Loyola.
Ella enfatizó que la atención psicológica no termina con la muerte del paciente, sino que se extiende para acompañar a los familiares en su duelo, ayudándolos a enfrentar la pérdida de una manera más saludable y consciente. “Nuestro objetivo es que tanto el paciente como la familia se sientan sostenidos en todo momento, comprendiendo que la muerte es una parte natural de la vida”, concluyó Loyola.
“Humanizar el último tramo de vida es un acto de amor y respeto”
José Luis González, hijo de Germán González, un paciente de 76 años con cáncer de pulmón con metástasis, describió su experiencia con la unidad como transformadora. “Recibir este tipo de cuidados humaniza al paciente y ofrece tranquilidad a la familia”, afirmó. Para él, el compromiso y profesionalismo del equipo no solo mejora la calidad de vida del paciente, sino que también brinda una paz emocional invaluable para los seres queridos.
“El seguimiento constante, la atención en el domicilio y la disponibilidad del equipo de cuidados paliativos han hecho una gran diferencia en nuestra vida. Saber que mi padre está recibiendo el mejor cuidado posible en esta última etapa nos da una sensación de orgullo y gratitud hacia el HRA”, expresó José Luis.
Un refugio para el buen morir
Desde el Hospital Regional de Antofagasta explicaron que con esta Unidad de Cuidados Paliativos buscan que el final de la vida no sea un proceso solitario ni angustiante, y mucho menos doloroso para los pacientes. De acuerdo con la Dra. Karla Peralta y la psicóloga María Elena Loyola, el enfoque se centra en la persona, no tratando de acelerar la muerte de los pacientes sino brindándoles alivio y sosiego en sus últimas etapas de vida.
Asimismo, desde la institución informaron que aquellas personas que deseen obtener más información sobre cómo acceder a los servicios de esta unidad, pueden comunicarse al teléfono 552-442-498 o escribir al correo electrónico cuidadospaliativos.hra@gmail.com.