A través del programa Habilidades para la vida, se entrega el apoyo y acompañamiento
a poco más de 90 mil beneficiarios.
Quienes han sido parte de este importante programa de Junaeb, reconocen la importancia del acompañamiento que realizan y los tremendos resultados que se obtienen en el proceso de aprendizaje de los alumnos, con experiencias robustas que hacen que muchas unidades educativas hoy soliciten la intervención de los equipos ejecutores.
El programa Habilidades para la Vida, HpV, se ha convertido en uno de los más valorados de la institución, concentrando casi un 50% de la inversión regional anual, alcanzando cifras que bordean los mil millones de pesos. Hoy, además, cuenta con dos comunas que tienen las tres etapas en que interviene el programa.
El director de la escuela básica Andrés Bello de Calama, Daniel Maya, reconoce el valioso aporte que significa contar con el programa en su establecimiento, donde partió el proceso de ejecución.
“Fuimos la escuela pionera en implementar HpV I y fue un aporte significativo en la labor de los docentes porque las asesorías de autocuidado que le entregan le sirven bastante, también las asesorías pedagógicas que le entregan, el material, el apoyo y la ayuda con los niños focalizados a través de la encuesta que hacen, de verdad que es significativo. Hemos visto los cambios en los apoderados y en el estudiante”, explicó el directivo.
El programa HpV tienen tres etapas. La primera que cubre hasta cuarto básico, la segunda hasta octavo básico y la última, el período de enseñanza media. Se interviene de forma coordinada y articulada a profesores, equipos directivos, padres y apoderados, y por supuesto a las y los estudiantes.
“Se traduce en un cambio de conductas del apoderado, que también después repercuten de manera directa en el comportamiento del estudiante, aquí en clases, generando aprendizajes significativos. Les cambia la visión a los niños, porque es una manera distinta de trabajar, se trabaja de manera focalizada”, agregó Maya.
Es una intervención más cercana, con sesiones que hacen que todos quieran participar, arrojando positivos resultados. “Esto es innovador y deja resultados muy positivos en los establecimientos que están siendo intervenidos hasta el momento. Se observa muy bien el trabajo en cada sesión y es cuando se decide también si es necesario, derivar a alguien que tenga requerimientos específicos o especiales. Es un gran programa, que además tenemos el orgullo de decir que en nuestra región es donde tiene mayor cobertura”, destacó la directora regional de Junaeb, Nellie Miranda Eldan.
Un trabajo que es puesto en valor por todos quienes se han sumado a este proceso de intervención novedoso y pionero. “El equipo directivo y pedagógico es intervenido en talleres de autocuidado entregando estrategias de liderazgo. Se analizan todas las aristas para potenciar luego el aprendizaje del estudiante y también su bienestar dentro del establecimiento, porque se interviene a la familia, al docente, al estudiante y a nosotros como equipo directivo”, destacó el director de la escuela Andrés Bello, Daniel Maya.
Actualmente Calama cuenta con HpV I y II, y de acuerdo con lo que expuso el directivo, está dando buenos resultados. “Es efectivo, es eficiente. Yo sé que, a los equipos directivos, quizás a algunos profesionales, al principio les cuesta entender cuál es el beneficio de HpV, pero el tiempo en las escuelas se genera, y aquí se aprovecha. Cuando hacemos sesiones de autocuidado, nadie quiere que termine la hora de HpV, porque de verdad es potente, apunta a la salud mental del docente, es muy bueno, yo lo recomiendo 100%”, concluyó Maya.
El programa
HpV es un programa de intervención psicosocial que nace el año 1998 con la finalidad de apoyar y acompañar a estudiantes desde Prekínder a 4° medio, y a sus comunidades educativas. Busca promover y fortalecer el desarrollo de competencias, aumentando el bienestar y desempeño escolar, mediante acciones de promoción, detección y prevención del riesgo psicosocial con el fin de que las y los estudiantes logren trayectorias educativas exitosas.
A nivel regional son más de 91 mil los estudiantes, docentes, equipos directivos, padres y apoderados que están siendo intervenidos. En Tocopilla y Antofagasta presencia de los tres niveles del programa, en el resto de las comunas se está avanzando de acuerdo con las necesidades y requerimientos.
Al implementarse el Programa Habilidades para la Vida en un establecimiento educacional la comunidad educativa, es decir, estudiantes, profesores/as, docentes y equipos de gestión tendrán la oportunidad de desarrollar diferentes actividades que promueven la salud mental, el desarrollo de habilidades socioemocionales y la convivencia escolar, con el fin de apoyar la adaptación de las y los estudiantes a la escuela, fortaleciendo la convivencia y el compromiso escolar, favoreciendo su asistencia y aprendizajes en su trayectoria educativa.