A propósito de la temporada estival, el doctor Andrés Soto, jefe subrogante de la Unidad de Oftalmología del Hospital Regional de Antofagasta, destacó algunos de los principales riesgos para la salud visual asociados a la exposición no controlada al sol y las consecuencias que ello podría acarrear para las personas.
El experto enfatizó la importancia de tomar medidas preventivas para evitar problemas oculares graves, tomando en cuenta la alta intensidad de los rayos UV durante la temporada estival. “La exposición al sol durante el verano, cuando los rayos ultravioletas del sol están más intensos, puede provocar irritación en los ojos, ojo rojo, ardor, picazón o sensación de arenilla constante en la vista e incluso podría acelerar la aparición de cataratas y cáncer de retina como el melanoma”.
Ante este escenario, el especialista indicó que “es importante utilizar siempre lentes de sol en el verano, especialmente cuando se va a exponer directamente al sol, como en la playa, piscinas o parques al aire libre. Idealmente, lentes con protección ultravioleta del 100%, adquiridos en una óptica certificada, puesto que aquellos lentes que se venden en el comercio informal podrían no tener la certificación necesaria para resguardar su vista”, aclaró el Dr. Soto.
Justamente, sobre la exposición no controlada a rayos UV, Soto recomendó evitar el uso de protectores solares en los párpados y usarlo solo en el resto de la piel, ya que al caer cerca de los ojos pueden provocar irritación de forma inmediata.
Asimismo, el médico jefe del servicio de Oftalmología del principal centro asistencial de la macrozona norte, aclaró que una de las actividades más comunes durante las vacaciones de verano consiste en bañarse en playas y piscinas, ante esto, el facultativo aconsejó tomar algunos resguardos para evitar afecciones oculares.
“La exposición al agua de mar o al agua de la piscina puede provocar irritación en la conjuntiva, causando conjuntivitis o irritación en la córnea, causando síntomas como ardor, sensación de arenilla en los ojos o enrojecimiento del área ocular, por lo que es crucial evitar abrir los ojos estando sumergido, especialmente cuando nos exponemos a químicos como cloro u otros que se encuentran en el agua de las piscinas”, apuntó Andrés Soto.
En este contexto, el médico oftalmólogo aconsejó que lo ideal es usar lentes para nadar o gafas de buceo, de esta forma se podría abrir los ojos bajo el agua sin correr riesgos para su vista.
Respecto de aquellas personas que usan constantemente lentes de contacto, el especialista fue tajante al asegurar que “la gente que usa lentes de contacto no debe sumergirse en piscinas o en el mar con ellos puestos para evitar infecciones severas. Es recomendable quitarse los lentes de contacto antes de entrar al agua o utilizar gafas de piscina para evitar el contacto del agua con los ojos”.
Por otra parte, el médico del Hospital Regional de Antofagasta aseguró que, a pesar de lo que piensan algunos jóvenes, el riesgo de padecer enfermedades oculares no hace distinción de edad. “Tanto los jóvenes como las personas mayores tienen riesgo de generar problemas visuales por la exposición al sol. La aparición del pterigion (un crecimiento carnoso anormal de la conjuntiva que invade la córnea) es un ejemplo de consecuencia a largo plazo de la exposición prolongada a la radiación ultravioleta, requiriendo en muchos casos de cirugías especializadas para removerlos y que podría dejar secuelas como cicatrices molestas”.
Finalmente, el Dr. Andrés Soto aclaró que en el verano “con el uso frecuente del aire acondicionado, se recomienda la aplicación de lágrimas artificiales para prevenir la resequedad en los ojos y evitar el uso constante y sin supervisión médica especializada de gotitas para el ojo rojo, no solo durante el verano sino a lo largo del año”.