La Ley N° 20.089 regula en Chile la comercialización de productos etiquetados como orgánicos, biológicos o ecológicos, exigiendo que estén certificados por una entidad registrada en el Sistema Nacional de Certificación Orgánica del SAG.
El año escolar 2024 ya dio inicio en la mayoría de los recintos educacionales del país, y con ello la preocupación de padres y familias por las largas jornadas que los escolares pasan fuera de sus casas, lo que implica que la alimentación es un punto central del que ocuparse diariamente.
En este contexto el Director Nacional del Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, José Guajardo Reyes, hizo un llamado a los padres y apoderados/as de los/as estudiantes a que se informen sobre las características y beneficios de los productos orgánicos, para promover estos alimentos como una opción nutritiva y conveniente, destacando la importancia de saber reconocerlos. Este esfuerzo no solo apunta a enriquecer la dieta de los/as niños y niñas, sino también a fomentar hábitos alimenticios saludables desde una edad temprana, contribuyendo así a un futuro más sostenible y consciente sobre la alimentación.
El Director Nacional del SAG indicó que “en la actualidad hay mucha publicidad en el comercio y redes sociales de productos orgánicos que se catalogan como tal, pero no lo son. Por eso, es fundamental que las personas sepan reconocer cuando un producto es realmente orgánico y cuando no lo es”.
La Ley N° 20.089 regula en Chile la comercialización de productos etiquetados como orgánicos, biológicos o ecológicos, exigiendo que estén certificados por una entidad registrada en el Sistema Nacional de Certificación Orgánica del SAG.
Un producto agropecuario puede clasificarse como orgánico si en su lugar de origen se han seguido los principios agroecológicos. Esto implica la protección y mejora del suelo, evitar el uso de plaguicidas o fertilizantes sintéticos, que son reemplazados por métodos naturales como, por ejemplo; rotación de cultivos, mínima labranza, controladores biológicos, corredores biológicos y el uso de fertilizantes orgánicos como compost, humus o guano, entre otros. “Por lo tanto, estos productos están libres de residuos químicos nocivos para la salud de los consumidores y su producción se lleva a cabo respetando los ciclos biológicos de la naturaleza, sin descuidar las necesarias labores agrícolas”, explica el director del SAG.
Para asegurarse de que un producto es verdaderamente orgánico, es fundamental prestar atención a varios indicadores claves. En primer lugar, aquellos productos que se identifiquen con términos como “orgánico”, “ecológico”, “biológico”, o que inicien con los prefijos “Eco” o “Bio”, pueden ser considerados dentro de esta categoría. Es importante verificar que, en caso de estar envasados, muestren en su empaque el sello oficial que certifica su condición orgánica. Además, los consumidores tienen el derecho de solicitar el “Certificado Orgánico”, un documento proporcionado por Organismos de Certificación o por Organizaciones de Agricultores Ecológicos que estén debidamente registrados ante la autoridad competente, en este caso el SAG. Este certificado debe incluir información detallada como el nombre del productor, su dirección, la fecha de vigencia del certificado y el sello oficial que avala el cumplimiento de las normativas orgánicas nacionales. José Guajardo indica que, “exigir este documento no solo es un derecho del consumidor, sino también una forma efectiva de garantizar la autenticidad de los productos orgánicos”.
Finalmente, la directora regional del SAG, Fernanda Orellana Silva, enfatizó el compromiso del Servicio en la fiscalización al comercio de productos orgánicos y recalcó la importancia del apoyo de las personas en este esfuerzo, llamando a quienes detecten cualquier incumplimiento a que no duden en hacerlo saber. Las denuncias pueden dirigirse a través del correo electrónico contacto.antofagasta@sag.gob.cl; o mediante el formulario de denuncias disponible en el sitio web oficial del SAG, www.sag.cl. “Esta acción no solo contribuye a asegurar la calidad y veracidad de los productos orgánicos en el mercado, sino que también fortalece el compromiso colectivo con prácticas de consumo responsable y sostenible”.