Acción fue coordinada por Senapred, la Dirección General de Aeronáutica Civil y autoridades regionales.
Ejercicio buscó ofrecer condiciones realistas ante emergencia aérea.
El escenario era el siguiente: A eso de las 11:30 horas, un Airbus A-320, con 30 pasajeros a bordo, sufrió un grave accidente en el aeropuerto Andrés Sabella Gálvez de Antofagasta. Producto del siniestro, se activan rápidamente los protocolos de emergencia que movilizan al lugar a funcionarios, vehículos y equipos médicos y de rescate de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Fuerza Aérea de Chile (FACH), el Servicio de Atención Médico de Urgencia (SAMU), Hospital Regional, Bomberos, Carabineros, Policía de Investigaciones de Chile (PDI) y otros servicios afines para atender el grave accidente que se tradujo en 14 pasajeros ilesos, tres heridos leves, nueve heridos de alto riesgo y el fallecimiento de dos pasajeros y dos tripulantes, al tiempo que se iniciaban las acciones conjuntas con la Fiscalía de turno y el Servicio Médico Legal (SML) para efectuar el levantamiento correspondiente de las víctimas fatales y comenzar la investigación de las causas del incidente.
En tanto, en la DGAC se reunían todos los representantes de los estamentos que deben responder a este tipo de emergencias para coordinar las acciones que se desarrollan durante y después de un evento de esta magnitud, concretando un punto de prensa con medios de comunicación, a eso de las 13:00 horas, para actualizar la información correspondiente al accidente.
Así de realista fue el escenario que planteó el simulacro de accidente aéreo que coordinaron la Delegación Presidencial Regional (DPR) de Antofagasta, la dirección regional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED) y la DGAC la mañana de este viernes, luego de varias jornadas de planificación junto a todas las entidades que participaron de este ejercicio que se realiza cada dos años, pero que fue interrumpido por la pandemia. Simulacro que se extendió por casi dos horas y que fue evaluado positivamente por las autoridades.
Es así que Carlos Aliaga, jefe del aeropuerto Andrés Sabella de la DGAC, informó que “necesitábamos probar nuestros flancos de emergencia, que consideran el apoyo de organismos internos y externos y su objetivo es ese, medir cómo estamos preparados para enfrentar un accidente de aviación”.
Agregó que el ejercicio se evaluó de varias maneras, “por los tiempos de respuesta, las alertas a los organismos externos y el uso de distintos veedores que estuvieron en diferentes posiciones con cartillas, tomando tiempos, verificando, grabando y fotografiando, para dejar registro de todo lo que ocurrió en este simulacro, que nos permite mejorar nuestro estándar de emergencia, nuestros procedimientos, la coordinación y el aspecto comunicacional, entre otras cosas, pero siempre hay cosas que mejorar y yo espero que, de este simulacro, encontremos varias observaciones que nos permitan avanzar y mejorar nuestros procedimientos en conjunto con Senapred”.
Por su parte, Jorge Ramos Soto, director regional (s) de Senapred, comentó que “esta actividad se enmarca dentro del programa que tenemos con organismos públicos y privados, que obedece a la preparación y mitigación. Lo que se realizó hoy, fue la puesta a prueba de los planes de emergencia de la Dirección General de Aeronáutica Civil, a través del aeropuerto Andrés Sabella, y los planes de emergencia que tienen las líneas aéreas. En ese contexto, a partir de la organización que hizo la jefatura del aeropuerto, nos constituimos, realizamos reuniones de coordinación y hoy se puso a prueba este ejercicio”.
Sistema de respuesta activado en dos minutos
El director regional (s) acotó que “desde nuestro punto de vista, el simulacro fue satisfactorio y positivo. Se activó todo un sistema y podemos estar satisfechos del punto de vista que, desde el momento que empezó el simulacro, en dos minutos, estaba activado todo el sistema, es decir, Carabineros, Bomberos, ambulancias y otros anexos complementarios que dan respuesta a esta emergencia. A partir de la planificación y la constitución en la escena, se puso a prueba el mando y control a través de las autoridades y cómo se dirige una emergencia. También se evaluó qué ocurrió con las víctimas, la distribución de la red asistencial, el apoyo a través del Servicio Médico Legal y esto es positivo para el sistema porque prueba que los planes que hemos aplicado, son efectivos, pero perfectibles desde el punto de vista de lo que se ve en terreno. Por supuesto, después de las pautas de evaluación que se aplican, se verán las oportunidades de mejora, pero nos quedamos tranquilos, porque el aeropuerto trabaja de forma efectiva con las líneas aéreas. Todos los servicios reaccionaron en forma oportuna y hacen un trabajo profesional en terreno en beneficio de las personas, la infraestructura del aeropuerto y del medio ambiente”.
En tanto, Daniel Morales Pimentel, jefe del Departamento Territorial de la DPR, enfatizó que “a raíz de la coordinación que se hizo, se convocó a distintos servicios públicos asociados a esta emergencia. Como Delegación Presidencial, estamos bastante conformes con respecto al proceder en el marco de este simulacro. Hay cosas que mejorar, sin embargo, respecto a la coordinación que pueda tener Senapred y DGAC, podemos realizar procedimientos mucho más eficaces y eficientes para enfrentar una emergencia real. Siempre vamos a estar llanos a generar modificaciones y perfeccionar nuestros protocolos, pero de acuerdo a lo visto en este simulacro, estamos preparados para enfrentar este tipo de situaciones”.
Recordemos que, después del aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago, el aeropuerto Andrés Sabella es el que más operaciones tiene al día y que, en tercer lugar, se ubica el aeropuerto de Calama. De ahí la importancia de estos ejercicios que sirven para implementar los planes de respuesta ante una emergencia de este tipo y también, encontrar oportunidades de mejoras en los mismos.
La cultura preventiva es fundamental para enfrentar este tipo de situaciones, evaluar los planes de emergencia y medir los tiempos de respuesta para estar lo más preparados posibles ante una eventual situación de estas características.
La coordinación efectiva de este simulacro, que movilizó a gran cantidad de personas y vehículos, permitió que las operaciones del aeropuerto Andrés Sabella no sufrieran interrupciones de ningún tipo.